La enfermedad es un desequilibrio energético del cuerpo, que se traduce en alteraciones físicas y psíquicas. El organismo ante esta situación busca un nuevo equilibrio que le permita estar lo mejor posible y compensar sus dolencias intentando resolverlas por él solo. Aquí es cuando aparecen los síntomas, que no son más que reacciones del cuerpo para poderse curar.
Cortar estos síntomas de modo drástico es suprimir e ir en contra del proceso curativo natural que tiene todo ser vivo.
La homeopatía se pone de parte del organismo y ayuda a reequilibrar la energía del animal enfermo, estimulando el sistema inmune del animal que se cura él mismo y sale del proceso más fortalecido y no debilitado.
En la clínica, de modo rutinario, aplicamos la homeopatía en el 90% de los casos.
La homeopatía trata la individualidad y nos interesa todo lo que es propio y especifico de esta mascota concreta.
La homeopatía puede servir de ayuda y aplicarse en todo tipo de patologías, y complementarla con el tratamiento de su veterinario habitual, como ya sabe,
siempre sin efectos secundarios y sin incompatibilidades.